Armando Fuentes Aguirre
Algo le faltaba al Nacimiento que cada Navidad ponemos mi esposa y yo en nuestra casa.
Le faltaba algo, pero yo no sabía qué.

Estaba, claro, la otra santísima trinidad: Jesús, José y María.
Estaban el buey y la mulita, cuya humildad aumenta la grandeza del prodigio.
Estaban el ángel y el gallo, canoros mensajeros del cielo y de la tierra, y con ellos los pastores y sus ovejas.
Estaban también el ermitaño y el diablo, muy cerca uno del otro, como muy cerca del hombre están siempre el bien y el mal.
Algo le faltaba al Nacimiento, sin embargo, y yo no sabía qué.
Ayer lo supe. Encontré en una pequeña tienda la figura de un pastor que toca la gaita. Eso le faltaba a mi nacimiento: la música. En ningún acontecimiento importante, sea humano o sea divino, puede faltar la música. Ahora el pastor le regala sus melodías al Niño Dios.
Mi Nacimiento está completo.
¡Hasta mañana!...
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